domingo, 13 de enero de 2013

XXX Cross de invierno AD Ciudad de los Poetas.


Aunque no es el objeto de este blog hablar de otras cosas que no sean bicicletas y afines, voy a hacer una excepción. Ayer domingo 16 de diciembre se celebró la trigésima edición del cross de invierno Ciudad de los Poetas. Ya he participado en alguna otra carrera, pero esta es en mi barrio y se hace desde hace 30 años gracias a la ilusión y el esfuerzo de los componentes de la Agrupación Deportiva Ciudad de los Poetas, y por eso os pongo aquí la crónica de lo que fue una entretenida mañana.
Si buscáis por internet, casi todas las referencias a esta prueba van en la misma línea, cross más bien durillo a pesar de la corta distancia y gran ambiente para pasar una buena mañana, destacando el trato y la amabilidad de todos los miembros del club organizador.
Aprovechando la ocasión, quedamos unos cuantos padres del cole para correr nosotros y luego que corrieran los niños, pues además de las carreras de todas las categorías oficiales, al final hay una carrera de chupetines, la guinda a toda la fiesta y que los niños disfrutan como ninguno.
La mañana se presentó nublada aunque aparentemente sin excesivo frío, aunque a lo largo de las carreras más de uno se fue destemplando hasta el punto que alguna de las acompañantes terminaron muertas de frío, no así los atletas, a los que las cuestecillas del recorrido calentaron a base de bien.
Con un poco de retraso empezó la carrera de veteranos, que es la que me toca ya desde hace unos años, menos mal, por lo menos quedaré delante de alguna jubilada. El objetivo es hacer un tiempo menor de 35 minutos y quedar por delante de algún padre del cole, vamos, no ser el último de los conocidos.
Ya en la salida numerosas caras conocidas del barrio, y es que esta carrera empieza a tomar la función que en su día tenían las fiestas del barrio, todos los amigos de pequeños y jóvenes que pasábamos horas y horas juntos ahora ya solo nos vemos en ocasiones muy concretas, y esta parece que es una de ellas para cada vez más gente.
Empieza la carrera y teniendo presente la experiencia del año pasado, mejor no forzar ni siquiera en la bajada inicial, que al final todo se paga. Antonio, Diego y yo vamos juntos, esta primera vuelta es un poco complicadilla porque somos bastante gente y el camino tiene surcos y árboles por el medio, así que mejor ir con cuidado, ya adelantaremos a los que podamos más adelante, que 6 quilómetros dan para mucho.
Pasados los primeros metros de bajada empiezan los requiebros para que el recorrido no sea primero subir y luego bajar y de paso hacer algunos metros más. El año pasado estas curvas me mataron, cuando crees que ya llevas media vuelta o que sólo te queda enfilar hacia la zona de meta, otra curva y para atrás, encima con cuesta, así que habrá que dosificarse.
Una vez pasada esta zona toca ya la subida de verdad. Aunque a simple vista tampoco parece tan empinada, el caso es que por muy cortos que des los pasos te vas cansando cada vez más, definitivamente me va mejor ir en bici que correr. Menos mal que poco antes de meta están la familia y los amigos que te dan ánimos para llegar dignamente al final, y así 3 vueltas.
Al final ,en la última vuelta, consigo alcanzar a un conocido y dejar atrás a dos de los padres del cole, así que objetivo cumplido, y con un tiempo de 32 minutos aproximadamente.
Coca cola, revista y a cambiarse para esperar a que corran los niños, que ya están como locos y no hacen ni caso a las carreras.
En definitiva, os recomiendo que acudáis a esta carrera y cualquier otra que se le parezca, porque te lo pasas bien, los niños disfrutan, haces ejercicio, se lo merecen los que con tanta ilusión lo organizan y porque es gratis.
Por cierto, este año han batido record de participación y para el año que viene es posible que se limiten las inscripciones o se ponga fecha límite para no estar dando dorsales hasta 5 minutos antes de la salida. En todo caso, veréis como todo son facilidades y pasáis un rato agradable.

A Colmenar otra vez, esta vez con la gorda.

Vista panorámica de Madrid. Tomada desde la pista del Canal de Isabel II entre Tres Cantos y El Pardo.

Pues dos semanas después de mi paseo con la flaca, vuelvo al mismo lugar pero por otro camino.
El plan era ir a El Escorial, pero a última hora decidimos que con el frío que hace no es plan ir a hacerse una ruta que tiene tramos no ciclables para globeros como nosotros y que mejor ir a Colmenar. En principio no me atrae mucho la idea, pero me prometen llegar hasta allí sin pisar asfalto y eso, sea bonito o no el camino, tenía ganas de conocerlo desde hace muchos años.
La excursión incluye bocadillos, tengo el día libre, desde el verano no había librado y también echaba en falta una ruta de las de varias horas y sin prisas por volver.
A las 10:20 nos ponemos en marcha, lo bueno de esta ruta es que salimos montados desde casa, ni coche ni tren ni nada, 2 quilómetros y a la tapia de El Pardo y desde allí todo pista hasta se supone que Colmenar.
Hace varios años que no hacía ese camino, el trozo entretenido está a partir de la clínica SEAR y la última vez que pasé por allí había demasiada vegetación como para pasar con la bici y el talud hasta la vía del tren imponía respeto. Ahora la vegetación está bastante más cuidada, no es que haya menos, es que han debido limpiar un poco el monte, y las vías han desaparecido, y no es lo mismo ver una cuesta que si se te va la rueda terminas en la vía que ver la misma cuesta por la que puedes bajar haciendo la croqueta con el riesgo de unos raspones como máximo.
El camino empieza subiendo junto al campo de golf por la parte interior de la valla del monte de El Pardo, para cruzarla en cuanto pasamos el campo y coger la pista que va paralela a la valla hasta la clínica, antes del Goloso. Este tramo la verdad es que no me gusta mucho, es como un descampado que vas atravesando por una pista con muchos surcos en algunos tramos.
Una vez en la clínica se coge el sendero que va paralelo a la vía junto a la valla, nuestra compañera casi toda la mañana, es la parte más entretenida del trayecto, es un sendero ratonero, con alguna cuesta en la que echo pie a tierra y con muchas curvas y repechos. Por este sendero llegamos a la estación de cercanías del Goloso. Algo gordo debe haber en el cuartel porque está todo lleno de coches y gente con vestidos bastante elegantes. Una vez pasado el aparcamiento y sus alrededores, cogemos la pista que va junto a las vías del AVE. Es toda recta si la miras desde arriba, pero desde la pista lo que ves es un auténtico y pestoso rompepiernas, todo cuestas bastante empinadas, subes y vuelves a bajar para volver a subir inmediatamente otra vez, la verdad es que es muy cansado.
Así llegamos hasta Tres Cantos. Un poco antes de llegar el camino está cortado por el Aula de Naturaleza, lo que nos obliga a ir para atrás y buscar un paso hasta el carril bici para poder continuar, es el único tramo de asfalto de todo el camino. Hacemos ese quilómetro hasta el hotel de Tres Cantos y ahí volvemos a dejar el carril para coger una pista que se va alejando poco a poco de la carretera y que está marcada como Camino de Santiago, confiemos en que llegue a Colmenar, porque a estas alturas ya va pesando la sed.
Enseguida vemos una fuente, pero cuando nos acercamos no tiene agua, o alguien ha cerrado el grifo si lo tiene o las últimas lluvias todavía no han llenado el acuífero que tanto habrá sufrido durante el verano. El caso es que aunque no haya agua, decidimos comernos el primer bocata al solecito, hace frio, pero al sol te puedes permitir hasta quitarte la chaqueta y estar más o menos a gusto.
Colmenar se ve ahí al lado y parece que este camino si que nos va a llevar hasta allí.
Ya pasado el cementerio toca comerse el otro bocata al lado de una ermita que hay junto a la carretera, la verdad es que la ruta se nos ha hecho corta y decidimos volver para ver si encontramos el paso en la zona que estaba cortada.
Esta vez si cogemos el carril bici y llegamos a Tres Cantos en un momento, aquí es donde parece que llega el camino que estaba cortado pero en este lado está abierto. Pero la alegría dura poco, después de una bajada nos encontramos otra valla que nos impide el paso, así que media vuelta y a seguir por el carril hasta el goloso para volver a coger el sendero, a ver si en sentido contrario podemos pasar sin bajarnos de la bici. En la primera cuesta grande si que la bajo, pero las dos siguientes se nota que ya no estoy para arriesgar y las bajo andando, es lo que tiene la edad, no se ven excesivamente complicadas, pero uno ya es viejuno para estas cosas.
Sin más incidencias llegamos al cruce de la carretera de El Pardo a Fuencarral. Aquí decidimos meternos en nuestro coto particular que es el monte de El Pardo y volver a cas por el camino habitual de las salidas domingueras de toda la vida, mucho más entretenido que la pista que va por fuera de la valla.
En definitiva, un buen día de bici y aunque parecía que no había hecho grandes esfuerzos, los 60 quilómetros pesan y por la tarde casi no puedo ni moverme, como hacía tiempo que no me pasaba. Ruta aceptable, más que nada por saber como llegar hasta Colmenar por el campo y si algún día estamos en forma se puede intentar ir desde casa hasta la sierra sin coger el tren.

Track de la ruta

sábado, 12 de enero de 2013

A Colmenar con la flaca

Después de unas cuantas semanas sin actualizar el blog, cuelgo la rutilla que me hice hace ya diez días para probar mi última adquisición. Después de la desastrosa última salida con mi Macario de carretera, en la que me tuve que volver 18 quilómetros con la rueda pinchada, decidí modernizar mi flota de bicicletas con una nueva flaca. Bueno, nueva entre comillas, porque es otra adquisición de segunda pata por lo menos, pero al menos ya lleva tecnologías más modernas como los cambios en las manetas de freno y 9 piñones. Esto me permite que si un día me da por utilizar la bici de carretera más de 3 veces al año como hago ahora pues puedo ir poniéndole cosas nuevas como hago con la de montaña. La flaca en cuestión es una Giant Pelotón Super Lite, largo nombre para la bici en cuestión, que debe ser la gama de entrada de Giant de hace unos años, aunque va montada entera en Shimano Tiagra, lo que ya se agradece, al menos todas las piezas son de un nivel similar y tratándose de Shimano seguro que un nivel más que eficaz, aunque sea de la gama media-baja de carretera. La verdad es que las fotos que había colgado el anterior dueño en internet para su venta no le hacen justicia, cuando la saqué de la caja me sorprendió lo bonita que era, el buen estado general y sobre todo las ruedas. Probablemente sean unas ruedas peor que normalitas, pero el perfil alto en tonos azules le dan un toque de nivel a la bicha. El cuadro es de aluminio en colores amarillo, azul y rojo, bastante alejado de las tendencias actuales pero bastante llamativo, con unos buenos acabados y la calidad general que se puede esperar del primer fabricante de bicicletas. Vamos ya a la ruta, aunque la verdad es que no tiene gran cosa, como el 90% de las veces que decido salir con la bici de carretera mi destino es el carril bici que une Madrid con Colmenar. Suelo empezar por el anillo verde a la altura del campo de golf por donde se accede al monte de El Pardo y desde allí en poco tiempo estoy en el cruce con la carretera de Colmenar, aunque con unas buenas subidas ya en las piernas. El primer tramo del carril está en bastante mal estado, hay que cruzar con la intersección de la M-40 y lo que debía ser una medida provisional durante las obras parece que ha quedado como definitivo, el suelo es de hormigón bastante irregular, muy estrecho y sin marcas separando los carriles, la separación con los coches es en algún tramo un simple bloque de cemento y va muy pegado también a la valla que impide el paso a las vías del tren. Menos mal que es poco trozo y a partir de ahí la cosa cambia y el firme mejora bastante, está más o menos liso y bastante limpio, que siempre es de agradecer sobre todo circulando con las ruedas finas que se pinchan con nada. Hay algunos pasos subterráneos con poca visibilidad y estrechos que obligan a advertir de nuestra presencia a los que vengan en sentido contrario para evitar sorpresas, pero son apenas dos sitios. Nada más coger el carril me adelanta un hombre que aunque no lo sabía me iba a acompañar la mitad de mi ruta, aunque al principio me sacó algo de ventaja enseguida cogí el mismo ritmo que él y le mantuve a la vista. Me sorprendió que cuando cogía a otros ciclistas les pasaba a toda velocidad, aminorando la marcha poco después, debió ser lo que hizo conmigo. El caso es que en un tramo en el que sin darme cuenta aceleré un poco más le di alcance, la verdad es que el tío iba fuerte y no pude adelantarle, me mantuve a una distancia prudencial para que no pareciera que iba chupando rueda durante unos quilómetros y en un pequeño repecho le pasé. Viendo el ritmo pensaba que se dejaría coger unos metros de ventaja y seguiría a su rollo, pero el tío se puso a mi rueda, ni me adelantaba ni se alejaba. No se si esto es normal en carretera, pero a mi me puso un poco nervioso. Hasta Tres Cantos la ruta es bastante llana, aunque pica un poco hacia arriba , de lo que te das cuenta a la vuelta, se va muy bien y se cogen fácilmente velocidades constantes de 25 – 30 km/h. El caso es que en ese tramo rodamos más o menos a la misma velocidad y a ritmo constante (excepto cuando alcanzaba a alguna grupeta). Un poco antes de llegar al desvío de Tras Cantos a la altura del hotel decidí pasarle, como he comentado pensaba que se quedaría un poco atrás, pero el tío decidió hacerme la salida entretenida pegándose a mi rueda. El caso es que nos picamos los dos y nos hicimos unos quilómetros en plan profesional, en el llano se me pegaba a rueda y en los repechos yo apretaba para que no pudiera pasarme. El paso de los quilómetros iba haciendo mella en mí y ya en el tramo entre Tres Cantos y la primera salida de Colmenar iba bastante tocado, lo que pasa es que a ratos dejaba de oír las ruedas de mi acompañante, lo que me hacía pensar que él estaba peor todavía. Este tramo que acabo de comentar es bastante más duro que el anterior, deben ser apenas 10 quilómetros o menos, pero pesan bastante más que los 20 anteriores, hay bastantes repechos y la carretera ya va constantemente hacia arriba, sin ningún disimulo, y eso se va notando en las piernas. El caso es que poco después de la salida hacia Colmenar yo decidí que hasta allí había llegado, me paro y a comerme mis barritas, que después de un calentón saben mejor, y que mi acompañante siga la ruta hasta donde llegue. Media vuelta y para casa, en este momento llevo 25km/h de media, no está nada mal para lo que acostumbro y en la vuelta lógicamente la media mejora porque es bajada y hay trozos que sin dar apenas pedales se puede rodar cercano a los 40 km/h, incluso me da para hacer casi todo el camino de vuelta en plato grande, que para mi en una de carretera son palabras mayores. Sin más incidencias llego al trastero, guardo la bici y a desayunar, que es lo que mejor sabe de la bici. Lo que pensaba una salida tranquilita para probar mi nueva burra se ha convertido en una buena mañana de bici y con un buen ejercicio. Respecto a la bici, muy contento, la talla o la geometría o lo que sea parece que me viene mejor que mi antigua Macario y solo me falta ajustar un poco los cambios y aprender a manejar las manetas, porque muchas veces aprieto las dos a la vez y no consigo cambiar.
Track de la ruta