domingo, 13 de enero de 2013

A Colmenar otra vez, esta vez con la gorda.

Vista panorámica de Madrid. Tomada desde la pista del Canal de Isabel II entre Tres Cantos y El Pardo.

Pues dos semanas después de mi paseo con la flaca, vuelvo al mismo lugar pero por otro camino.
El plan era ir a El Escorial, pero a última hora decidimos que con el frío que hace no es plan ir a hacerse una ruta que tiene tramos no ciclables para globeros como nosotros y que mejor ir a Colmenar. En principio no me atrae mucho la idea, pero me prometen llegar hasta allí sin pisar asfalto y eso, sea bonito o no el camino, tenía ganas de conocerlo desde hace muchos años.
La excursión incluye bocadillos, tengo el día libre, desde el verano no había librado y también echaba en falta una ruta de las de varias horas y sin prisas por volver.
A las 10:20 nos ponemos en marcha, lo bueno de esta ruta es que salimos montados desde casa, ni coche ni tren ni nada, 2 quilómetros y a la tapia de El Pardo y desde allí todo pista hasta se supone que Colmenar.
Hace varios años que no hacía ese camino, el trozo entretenido está a partir de la clínica SEAR y la última vez que pasé por allí había demasiada vegetación como para pasar con la bici y el talud hasta la vía del tren imponía respeto. Ahora la vegetación está bastante más cuidada, no es que haya menos, es que han debido limpiar un poco el monte, y las vías han desaparecido, y no es lo mismo ver una cuesta que si se te va la rueda terminas en la vía que ver la misma cuesta por la que puedes bajar haciendo la croqueta con el riesgo de unos raspones como máximo.
El camino empieza subiendo junto al campo de golf por la parte interior de la valla del monte de El Pardo, para cruzarla en cuanto pasamos el campo y coger la pista que va paralela a la valla hasta la clínica, antes del Goloso. Este tramo la verdad es que no me gusta mucho, es como un descampado que vas atravesando por una pista con muchos surcos en algunos tramos.
Una vez en la clínica se coge el sendero que va paralelo a la vía junto a la valla, nuestra compañera casi toda la mañana, es la parte más entretenida del trayecto, es un sendero ratonero, con alguna cuesta en la que echo pie a tierra y con muchas curvas y repechos. Por este sendero llegamos a la estación de cercanías del Goloso. Algo gordo debe haber en el cuartel porque está todo lleno de coches y gente con vestidos bastante elegantes. Una vez pasado el aparcamiento y sus alrededores, cogemos la pista que va junto a las vías del AVE. Es toda recta si la miras desde arriba, pero desde la pista lo que ves es un auténtico y pestoso rompepiernas, todo cuestas bastante empinadas, subes y vuelves a bajar para volver a subir inmediatamente otra vez, la verdad es que es muy cansado.
Así llegamos hasta Tres Cantos. Un poco antes de llegar el camino está cortado por el Aula de Naturaleza, lo que nos obliga a ir para atrás y buscar un paso hasta el carril bici para poder continuar, es el único tramo de asfalto de todo el camino. Hacemos ese quilómetro hasta el hotel de Tres Cantos y ahí volvemos a dejar el carril para coger una pista que se va alejando poco a poco de la carretera y que está marcada como Camino de Santiago, confiemos en que llegue a Colmenar, porque a estas alturas ya va pesando la sed.
Enseguida vemos una fuente, pero cuando nos acercamos no tiene agua, o alguien ha cerrado el grifo si lo tiene o las últimas lluvias todavía no han llenado el acuífero que tanto habrá sufrido durante el verano. El caso es que aunque no haya agua, decidimos comernos el primer bocata al solecito, hace frio, pero al sol te puedes permitir hasta quitarte la chaqueta y estar más o menos a gusto.
Colmenar se ve ahí al lado y parece que este camino si que nos va a llevar hasta allí.
Ya pasado el cementerio toca comerse el otro bocata al lado de una ermita que hay junto a la carretera, la verdad es que la ruta se nos ha hecho corta y decidimos volver para ver si encontramos el paso en la zona que estaba cortada.
Esta vez si cogemos el carril bici y llegamos a Tres Cantos en un momento, aquí es donde parece que llega el camino que estaba cortado pero en este lado está abierto. Pero la alegría dura poco, después de una bajada nos encontramos otra valla que nos impide el paso, así que media vuelta y a seguir por el carril hasta el goloso para volver a coger el sendero, a ver si en sentido contrario podemos pasar sin bajarnos de la bici. En la primera cuesta grande si que la bajo, pero las dos siguientes se nota que ya no estoy para arriesgar y las bajo andando, es lo que tiene la edad, no se ven excesivamente complicadas, pero uno ya es viejuno para estas cosas.
Sin más incidencias llegamos al cruce de la carretera de El Pardo a Fuencarral. Aquí decidimos meternos en nuestro coto particular que es el monte de El Pardo y volver a cas por el camino habitual de las salidas domingueras de toda la vida, mucho más entretenido que la pista que va por fuera de la valla.
En definitiva, un buen día de bici y aunque parecía que no había hecho grandes esfuerzos, los 60 quilómetros pesan y por la tarde casi no puedo ni moverme, como hacía tiempo que no me pasaba. Ruta aceptable, más que nada por saber como llegar hasta Colmenar por el campo y si algún día estamos en forma se puede intentar ir desde casa hasta la sierra sin coger el tren.

Track de la ruta

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